Nuestro presidente, asume un nuevo cargo para generar valor añadido a la sociedad

El nombramiento de nuestro presidente, David López Royo, como director de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en Chávarri Abogados, reforzará la vocación social del despacho como prestadores de servicios jurídicos.

Desde marzo de 2016 el presidente de nuestra fundación, David López Royo, es el Delegado Episcopal de Fundaciones del Arzobispado de Madrid, cargo que ahora compaginará con su nuevo nombramiento como director de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en el despacho Chávarri Abogados.

Con más de 30 años de bagaje profesional y sociólogo de formación, David López Royo ha estado vinculado principalmente a la docencia y a las instituciones sociales del ámbito de la Iglesia Católica. Desde 1994 es profesor de materias como Sociología de la Empresa en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Pontificia de Comillas. También cuenta con una dilatada experiencia en el mundo de la comunicación, habiendo detentado puestos como el de director de El Correo de Andalucía y director general de los medios de comunicación del Grupo Morera y Vallejo.

A lo largo de su trayectoria, en el campo de la RSC David López Royo ha colaborado con distintas iniciativas, como la dirección del Programa de Mayores de Cáritas Española y la dirección de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

Su incorporación ahora como nuevo director de Responsabilidad Social Corporativa en Chávarri Abogados persigue el mismo objetivo de generar valor añadido para la sociedad y contribuir a su desarrollo responsable. Su figura reforzará la vocación social del despacho como prestadores de servicios jurídicos.

Desde sus competencias en la Delegación Episcopal de Fundaciones en Madrid, donde está integrada nuestra organización y que engloba a un total de 64 fundaciones canónicas, civiles y bajo el protectorado del Arzobispado de Madrid, David López Royo promueve que las fundaciones diocesanas sean un modelo de gestión eficiente situando a la persona en el centro de las organizaciones sociales dentro del contexto de una economía al servicio del bien común.

Este órgano diocesano ha nacido para aunar esfuerzos y ayudar a coordinar el trabajo de todas las fundaciones integrantes, centrándose en sistematizar y organizar el trabajo conjunto y en optimizar los recursos. La finalidad última es responder a las necesidades de la sociedad, a las que la Iglesia da respuesta en el ámbito educativo, social, sanitario y cultural.

“Nos apoyamos mutuamente para racionalizar recursos y optimizar resultados, sumando fuerzas y capacidades”, ha subrayado nuestro presidente.

 

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